Aún era de día, pero por poco tiempo. Tarde, muy tarde era ya. Con pasos recios seguía avanzando casi sin observar el camino durante todo el trayecto. La espalda la tenía cargada, las piernas tensas y los brazos exhaustos. La brisa seguía arreciando con fuerza, trayendo consigo las nieves que hacía días ya habían comenzado. Y allí estaban los restos de las fiestas, aún presentes en los alrededores. Pero él llegaba tarde, muy tarde para celebrar nada. Pero no le importaba.

Se adentró en las laderas de las montañas y recorrió las pasarelas escarbadas en la roca. Hizo un ademán de frenar el dintel de piedra que mostraba el hogar de quienes le restaban de familia, pero decidió con un asentimiento de cabeza y unas reflexiones internas que más le valdría proseguir. Continuó sin descanso hasta alcanzar la puerta misma de su propio hogar. Introdujo la llave y giró la muñeca. Con el chasquido de las bisagras dejó caer un largo suspiro.

Empujó la puerta hacía adentro con la idea en mente de cambiarse de ropa y acostarse, sin probar bocado siquiera. Y lo habría hecho, de no ser por la sorpresa que le deparaba dentro.

- ¡Tito Thorin! ¡Tito Thorin! -Gritaron al unísono dos infantes, uno mayor que el otro, pero ambos aún con sus miradas ilusionadas corriendo en pos del enano de barba azabache.- ¡Te hemos cogido turrón! -Exclamó Fíli, orgulloso de ese detalle. - ¡Y yo! -Exclamó también Kíli, alzando los bracitos.

Thorin dejó fluir una sonrisa al verlos, quizás una mueca cansada pero dichosa al fin y al cabo. Al contemplar el interior se halló con su hermana, en el salón y con las manos entrecruzadas por delante. Lo estaban esperando con humildes platos de lo poco que había sobrevivido a las fiestas del solsticio de invierno. No era una cena opulenta de un rey, pero sí la de un tío, quizás un padre. No necesitaba nada más.


------------------------------------------------------------


Gracias. Es la palabra que se me ocurre una y otra vez a todos vosotros. Para empezar a Goblin y Brimi. Ellas han dirigido todo esto, ellas dan juego, motivación y esfuerzos para que el fake brille con luz propia. Ellas se merecen un gran aplaudo y un merecido reconocimiento. Sois increíbles, Desi y Ana, de verdad que lo sois.

Y gracias a los demás, porque sin vosotros no podríamos compartir todo este mundo de fantasía que adoramos a veces más que el nuestro propio. Gracias a quienes han participado con ilusión, a quienes han sacado relatos desde el corazón, a quienes me han emocionado, a quienes se han molestado en mencionar a personajes queridos, a quienes han dado opinión y quienes siguen aquí. Lo diré una y mil veces, sois grandes y no hacéis más que crecer. He aquí un enano orgulloso de veros desde su humilde altura, gozando de leeros día tras día.

Reply · Report Post