Comparto con ustedes este escrito en vísperas de las elecciones de este domingo


Los venezolanos vivimos una profunda crisis política, económica y social debido, entre otros factores, a la casi inexistente separación e independencia de Poderes Públicos. Esto, sin dudas, ha conllevado a la desnaturalización de los objetivos y competencias que deben asumir las instituciones del Estado, indispensables para el mantenimiento del sistema democrático.

Los resultados los tenemos a la vista: una Asamblea Nacional no reconocida por otros Poderes Públicos y limitada por argumentos jurídicos inconsistentes y una Asamblea Nacional Constituyente que nace inconsulta con el pueblo, que ha tomado decisiones que invadieron competencias de otros Poderes, como es el caso del CNE, al haber convocado y fijado fechas para diversas elecciones y al limitar la participación de organizaciones políticas. Ejemplo de ello son aquellas fuerzas políticas con importante representación en la Asamblea Nacional que por criterios arbitrarios y sobrevenidos hoy se encuentran ilegalizadas.

Poco contribuye al adecuado funcionamiento del Estado que se ejecuten actos con interés hacia una parcialidad política como ocurrió en las recientes elecciones de representantes estudiantiles de la Universidad de Carabobo, donde con decisión expedita del Tribunal Supremo de Justicia se proclama ganador a un candidato a espaldas de la decisión del cuerpo electoral estudiantil. Esa misma celeridad hemos esperado los venezolanos por la decisión judicial que ha dejado en suspenso por más de 3 años a los diputados a la Asamblea Nacional por el Estado Amazonas.

Lo anterior, entre otros aspectos, no ha permitido que las Instituciones del Estado promuevan espacios constructivos y de pluralismo político como fórmula necesaria para la paz y la convivencia social.

Ante esto hay que retornar al espíritu de independencia plena de los Poderes Públicos. Exigir de los actores institucionales y políticos el respeto irrestricto a la Constitución y las leyes para que las diferencias políticas sean resueltas en elecciones justas, transparentes y competitivas, como expresión libre y soberana de los venezolanos.

Para lograrlo es imprescindible abandonar el radicalismo y abonar en la construcción de espacios de encuentro sincero, productivo y honesto entre todos los sectores del país orientados hacia la reconciliación nacional. Estamos todavía a tiempo.

Si bien la rendija democrática se ha estrechado, en virtud de los límites que se le han impuesto a la Participación Política, ésta no se ha cerrado, por lo que las posibilidades que da el ejercicio del voto para la transformación del país están vigentes.


Los Concejales son las autoridades más cercanas a las comunidades. A ellos les compete legislar dentro del municipio respectivo, no sólo para reglamentar todo lo referente al funcionamiento del mismo, sino para procurar soluciones a los problemas cotidianos que se presentan. Por ello la importancia de estos comicios. No es momento para que las emociones invadan la razón. Solo el pleno ejercicio de los derechos políticos en el marco de la Constitución nos indicará la ruta a seguir.

Quienes aspiramos y trabajamos por una Sociedad Libre, Democrática, Participativa y sin violencia, debemos manifestarnos este domingo 9 de diciembre. Ante la adversidad, los espacios democráticos son irrenunciables. Esta oportunidad de participación no la debemos ceder.

Luis Emilio Rondón González
Rector Principal del Consejo Nacional Electoral

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