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25th Jun 2017 from TwitLonger

MARÍAS FURIBUNDO


MARÍAS FURIBUNDO
Un domingo tempranito estaba Marías paseando por su casa en camiseta y absolutamente nada más, pergeñando el contenido de su próxima genialidad vertical en El País, oyendo a toda pastilla el Now This What I Call Wagner vol 98, cuando de repente un pensamiento oscuro le nubló el entendimiento.
La gente no sabe leer bien. La noche anterior, departiendo entre puros y soberanos con los cowboys de las letras, su fiel grupo de compadres, en algún garito amaderado de la profundidad madrileña, comentaron cierto revival de la escritora Gloria Fuertes, como el despojo de un naufragio dejado en la orilla de sus reinos literarios por esa marea de mierda que llaman feminismo, un cacho de chapapote pegado en las suelas de sus botas de espuelas, aquellas con las que cabalgan las letras desde sillones académicos. Y Marías pensó “me cago en dios, todo lo tengo que hacer yo, joder”.
Gloria fucking Fuertes. O sea, una señora que no tenía ni la decencia de dejarse el pelo largo. Una señora que hacía rimas en consonante. Que llevaba corbata, hostia. A ver, que si me dices cualquier otra, yo qué sé, Rosalía de Castro, o Agatha Christie, porque se te pone en la punta leer a una mujer, que a saber por qué te da por ahí, pero oiga, cada cual con sus rarezas, pero Gloria Fuertes que no era capaz ni de calzarse una falda, pues no.
Y llevado por el furor del odio empezó a quemar tecla, explicándonos a todos, a ti y a mí, que no puede ser que todo lo que haga un colectivo esté bien porque “no lo puede ser” [sic]. Y a continuación procede a enumerar colectivos tan asquerosos como las mujeres, como, no sé, los catalanes, los ZURDOS, o los discapacitados. Los zurdos… valientes hijos de puta. Estaba Marías pensando en gente asquerosa, mordiendo el boli gñ gñññ gññññññ frente a un bloc de notas con el encabezado “GENTE QUE ODIO” y aparte de poner gente asquerosa de por sí, como los negros o los vascos, incluyó a los ZURDOS. Porque ya sabéis. Zurdo bueno, zurdo muerto.
Después de dejar claro el tema zurdos, procede a explicar que a ver, que sí, que las mujeres han estado un poquito así marginadillas durante unos siglos, pero joder, escritoras sí que ha habido, ¿eh? ¿Cómo explicáis eso, FE-MI-NIS-TAS? Y luego menciona cuarenta y ocho nombres de escritoras en plan Círculo de Lectores de Chochitos Literarios del Canon de sus Cojones, o sea, hace un corta-pega del índice del temario de literatura de selectividad, sin dejarse una Brontë, ni una Austen, ni una Penelope Fitzgerald (pinilipi fitzgirild), ni Rodoreda (que no sólo escribía en catalán, shshhhshhh, sino que a lo mejor era zurda pero por dios no se lo digáis no le vaya a dar un parraque) a las cuales, a ver, nadie ninguneó, ni tuvieron que estar ahí, no sé, lavando a mano, en vez de escribir obras literarias casi casi casi a la altura de las de un tío.
Tras corregir gritándole a la pantalla “QUE ME LEÁIS BIEN, HOSTIA, QUE TODO LO TENGO QUE HACER YO” le dio a enviar y se sentó a esperar a que su compinche Arturo, al que él llama El Putas, por una broma privada que vosotros no entenderíais, le diera bombo en esa red social con un tuit parecido a “Marías puto amo no: LO SIGUIENTE”, surfeando fuerte el Gran Kahuna del cuñadismo reconcentrado. Y con la tranquilidad del deber cumplido, de haberle tirado toda la shade a esa cerda de Gloria Fuertes con sus penes rancios, because CORBATS, volvieron a la oscuridad de sus guaridas a esperar pacientemente a que alguna cometamos la osadía de intentar destacar sólo por ser mujeres, porque no sé qué coño nos creemos: not on their watch, bitches.

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