Tribulaciones en carretera (sobre las últimas 24h)


Sí, ayer pasamos por Fuentidueña de Tajo y un gilipollas nos trató de pena. Y esto, una anécdota personal que comenté a Daniel Bernabé por Twitter, desató la tormenta. Y aunque se sabe que los modales de chimpancé y los gilipollas no conocen clase social o geografía porque son universales y se producen y reproducen en todas partes, Twitter no tiene contexto y la derecha aprovechó para asegurar que estaba insultando a millones de personas que viven en el ámbito rural. ¿Qué locura es esa de pedir un bar de menú? Que si señorito de ciudad, que si urbanita, que si un señor que retuitea cuentas de Ciudadanos y Percival Manglano dice que soy un burgués. Y en diez minutos y por culpa de una anécdota personal, la bola de nieve empieza a rodar y te conviertes en TT. Lo más fascinante son las películas y las piruetas que se monta alguna gente, gente que no estaba allí, -conviene recordar- para deducir que por supuesto las cuatro personas que íbamos en el coche nos equivocamos y el señor maleducado tiene toda la razón. ¿Qué esperar de los mismos que lamentan el desarme de ETA? Se han quedado sin comodín y se les intuye nerviosos.

La derecha cool o Jot Down/Vice, tan implantada en lo rural y siempre preocupada por nuestros pequeños pueblos, no iba a perder la oportunidad de hacer sangre. Un rapero de izquierdas de Podemos, un articulista de La Marea y hasta Ismael Serrano que también ha pillado: se trataba de un pastel demasiado goloso como para dejarlo pasar y sus columnistas, vivaces y dicharacheros, se sumaban a la fiesta.

No recuerdo quien dijo hace poco que la derecha nos ha arrebatado la cualidad de ser políticamente incorrectos. Pues bien, es un hecho, una realidad tangible. Tanto es así que el mismo cafre que a las 22:00 me llama urbanita y señorito, a las 23:00h no tiene ningún reparo en hacer chistes aludiendo al retraso económico o al ‘paletismo' del pueblo en cuestión. Es decir, se ríen porque por lo visto es de señoritos urbanitas preguntar por un bar de menú y después te sueltan que cómo va a ser posible que ese pueblo de mierda tenga un bar de menú. Todo con dos tuits de diferencia.

Un ejemplo práctico, Vice puede publicar artículos sobre los peores bares de Barcelona (puro buying laboral y periodístico) y aderezarlos con un tufo clasista que huele a cientos de kilómetros a la redonda. Perfecto. Al día siguiente y sin despeinarse puede venir a llamarme elitista por preguntar por un menú en un pueblo pequeño. La cuadratura del círculo. La derecha siempre gana. La derecha puede hacer lo que a ti te recrimina. La jugada es perfecta. ¿Cómo lo consiguen? primero mediante una completa ausencia de escrúpulos, principios y moral; segundo (y a consecuencia de ello) apropiándose de lo políticamente incorrecto, que es reprobable en términos morales pero profundamente efectivo en términos políticos. Por esto mismo la derecha es capaz de pedir la suspensión de conciertos o la detención de tuiteros cuando antes llenaron sus redes con enormes carteles de ‘Je sui Charlie’. Por esto mismo son capaces de afirmar que los extranjeros vienen a quitarnos el trabajo y acto seguido asegurar que son unos vagos que viven de las ayudas sociales. Es algo parecido al doblepensar orwelliano. Y luego algunos preguntándose por el éxito de Lepen o Trump.

Lo más irónico de todo es que yo soy de pueblo. De Paiporta, está cerca de Valencia pero sigue siendo un pueblo, con su iglesia, su huerta, su pregón, su polígono industrial, sus cotilleos, sus fuerzas vivas y su sentimiento de pertenencia a una comunidad. He vidido allí hasta los 32 años. Ahora se ha hecho mundialmente famoso porque Willy Toledo presentó una obra de teatro allí y el sector cuñado/ nacional-católico convocó una concentración de repulsa, por eso de la libertad de expresión supongo. Desde que la nueva alcaldesa del cambio decidió transferir las subvenciones de las asociaciones taurinas a las escuelas públicas del pueblo, el sector chimpancé anda un tanto cabizbajo y a la que salta. Sector chimpancé hay en todas partes, en los pueblos, en las ciudades y hasta en las revistas de tendencias. Igual que buenas personas.

Lo más grotesco ha sido ver al Diario.esCultura, quién al más puro estilo O.K. Diario con Podemos, se hace eco de la «noticia» y subiendo los tweets de ‘Madridista Cabreado’ y de ‘Javier Montejano', según su bio: "Aerospace Engineer. Procurement Consultant at GCE Consulting, aspiring CPO of a IBEX-35 company". A la vista está que se trata de fuentes de peso y poco sospechosas de parcialidad. Desde luego un ejercicio periodístico de envergadura que está tocando el Pulitzer con la yema de los dedos. O pensar ingenuamente que por fortuna la prensa de la derecha no se ha hecho eco para descubrir que es la prensa ‘de izquierdas’ la que se suma al linchamiento.

Y todo porque a veces se nos olvida que Twitter no es la barra del bar sino miles de hienas acechando para arramblar con su pedazo de carne. No es tanto lo que se dice sino quién lo dice y si se puede obtener rédito político, como es el caso. Como es obvio que un señor de un pueblo se comporte de forma reprobable no significa que todo el pueblo merezca ser reprobado, de la misma manera que si sufres un abuso por parte de un policía no significa que toda la policía... Bueno quizá este símil no sea el más apropiado pero creo que se entiende lo que quiero decir.

Gracias a tdxs lxs que me han apoyado, para las hordas inquisidoras, mi más profundo desprecio. Mañana estaréis a otra cosa, sea justificando la cárcel para una tuitera o haciendo memes sobre la última chorrada de Inda contra Podemos. Así es el mundo digital y viral que nos toca vivir. Supongo que perdemos un poco todos: lo que era un perfil personal con el que interactuar con un montón de gente, va a acabar convertido en una fuente de información insulsa que se limitará a anunciar fechas de conciertos de forma fría y aséptica.

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