CamaradaDani

Dani · @CamaradaDani

10th Aug 2014 from TwitLonger

Independentismo o Revolución


En primer lugar, no cesáis de confirmar todas las conclusiones que «saqué de un mero tweet» –obviando todo el trasfondo que tiene este asunto. El planteamiento y la justificación de @Rayden_101 son en esencia los mismos que en todos los independentistas «comunistas» de las naciones oprimidas del Estado español.

Toda táctica de los comunistas en el Estado español ahora mismo debe ser para reconstituir el Partido Comunista, vinculándose orgánicamente con el plan para dicho cometido (con tareas cuyo cumplimiento nos permite abordar otras superiores), en vez de embarcarse en objetivos que no se vinculan con ésta. Debemos comprender que el avance de dicha reconstitución hasta su culminación, por su aspecto objetivo, determina un cambio general de la situación general objetiva de la lucha de clases, por el que se debilitaría este eslabón de la cadena imperialista y la revolución socialista devendría viable, pudiendo el proletariado revolucionario mediante los tres instrumentos organizar la crisis total de la sociedad burguesa. Por supuesto, en la presente realidad inmediata de Galicia, la independencia es relativamente factible, a diferencia de la revolución socialista, pues no existe el Partido Comunista, y sí existe el movimiento nacional gallego. El problema es que @Rayden_101 presenta esta realidad actual como una foto fija en la que debemos conformarnos con las luchas que ahora son «más viables», desechando el aspecto subjetivo-práctico de la revolución –aunque diga que plantea la independencia «desde un enfoque práctico», pues su enfoque es empirista, y concretamente es la típica base ideológica del reformismo.

Para desazón de @Rayden_101, no es cuestión de yuxtaponer ni coordinar luchas de resistencia, ni tampoco subordinar una a otra, sino que sólo podemos desarrollar la revolución como totalidad, siendo imposible destruir el sistema imperialista propiciando la crisis de sólo algunas de sus condiciones, pues en ese caso el imperialismo es capaz de reestructurarse y de asegurar la continuidad de sus condiciones como totalidad. En consecuencia, la cosmovisión revolucionaria también debe ser totalizadora e independiente, revolucionando y superando las corrientes ideológicas como el independentismo para integrar el planteamiento marxista-leninista de la cuestión nacional manteniendo la cohesión y coherencia internas de la cosmovisión proletaria, y resituándose en la posición adecuada para ser ideología de vanguardia en el plano político concreto, en vez de adherirle elementos teóricos no consustanciales al marxismo-leninismo para parcializar el trabajo de masas en los dispares frentes espontáneos de resistencia (independentista, sindicalista, feminista, antifascista, etc.), promoviendo unilateralmente su coexistencia sin su lucha. Para conseguirlo, concretamente debemos acometer la reconstitución de la ideología proletaria como mediación para la reconstitución del Partido Comunista, para poder iniciar la praxis revolucionaria en la lucha de clases: sin la mediación del proceso de desarrollo y concreción creciente de la cosmovisión con la mediación de la lucha de dos líneas y de la línea de masas –con el inseparable desarrollo del movimiento político de vanguardia marxista-leninista–, los «comunistas» en ausencia de sujeto revolucionario (los oportunistas que no comprenden las mediaciones necesarias para reconstituir dicho sujeto, que pueda desarrollar la guerra revolucionaria de masas contra la burguesía), si pretenden ejecutar tareas «desde un enfoque práctico» que no se vinculen orgánicamente con el plan para la reconstitución concéntrica del Partido, necesariamente deben acoger el análisis concreto de la situación concreta y el programa que ya han elaborado otras clases, renunciando a la independencia ideológica y política revolucionaria, que es inseparable del Partido Comunista (como pre-condición y como consecuencia), y que es requisito indispensable para poder establecer alianzas tácticas en la lucha de clases revolucionaria.

En el caso del independentista «comunista» @Rayden_101, su enfoque empirista es su base teórica para plantear que los comunistas en Galicia deben luchar por que dicha nación ejerza el derecho de autodeterminación sin necesidad de pasar por la revolución socialista, porque, ante la ausencia del sujeto revolucionario –que debemos reconstituir–, en esta realidad objetiva inmediata, para realizar dicho derecho democrático-burgués es más factible hacerlo dentro del marco de la sociedad burguesa sin antes pasar por la revolución proletaria que ejercerlo como resultado de ésta, con lo que sustituye la iniciativa activa, revolucionaria y consciente, del sujeto en relación con el objeto, que es lo que en realidad determina principalmente el avance de la revolución en el plano político concreto; el independentismo relega a los comunistas a la pasividad política. Como corolario, sustituye el objetivo estratégico de autoemancipación revolucionaria del proletariado y la emancipación de la humanidad que ésta conlleva, por los objetivos parciales de otras clases (las cuales sí lo plantean desde su iniciativa activa a favor de sus propios intereses), como la independencia de la nación gallega: sustituye el punto de vista revolucionario por el nacionalista –que reduce la lucha de clases a la lucha nacional.

Y menciono que la independencia responde a los intereses de otras clases porque la experiencia del MLNG y del MLNV, como la del catalán*, no es proletaria (dicha experiencia no está estructurada en organismos y prácticas generados políticamente desde la ideología revolucionaria mediante el Partido Comunista), sino fruto de una alianza política reaccionaria de la pequeña burguesía y de la aristocracia obrera radicalizadas, si bien ambos se subdividen necesariamente en dos alas: una más tendente al internacionalismo proletario, y otra más propensa al chovinismo. En el caso de Galicia, se caracteriza porque su vinculación con la aristocracia obrera radicalizada es mucho más importante que en el catalán, por ejemplo: ahí tenemos a FPG, MGS, MpB..., que se traduce en la fortaleza de sindicatos soberanistas como CIG y CUT –a diferencia de las muy débiles Intersindical-CSC y COS en Cataluña–, mientras que las minoritarias NÓS-Unidade Popular y AMI son pequeño-burguesas radicalizadas, y todas ellas estructuran la experiencia propia de los proletarios que participan en su lucha en el marco del sindicalismo y de otras luchas parciales (si bien lo hacen sin integrarse como fuerzas políticas en el Estado burgués), y dentro del cretinismo parlamentario más ramplón. Por otra parte, el EGPGC fue pequeño-burgués radicalizado, siendo su estrategia la del viejo terrorismo individual, que yo no condeno por el hecho de ser «violencia», pero sí lo critico por su espontaneísmo, por su tacticismo, por su subjetivismo y por su liberalismo inherentes, frente a la vinculación orgánica con el plan consciente de la guerra revolucionaria de masas, que no puede ser sustituida por la influencia de masas (pero no fusión revolucionaria objetiva) mayor o menor que pueda tener dicha lucha. Tanto en Galicia como en el País Vasco, el independentismo no es una fuerza revolucionaria; su confrontación con la burguesía monopolista española (que es el contenido de estas luchas nacionales) se reduce a que el Estado español no representa sus intereses económicos, políticos y sociales de fracciones burguesas, como pugna política en la que se concreta esta contradicción interburguesa por posicionarse en el bloque de clases dominante, y precisamente por la debilidad de su naturaleza de clase, no pueden impulsar en Galicia –donde la burguesía media es relativamente escasa– un proceso soberanista como el catalán (que está dirigido por la alianza de una parte de la burguesía media con amplios sectores de la pequeña burguesía) ni llegar a establecer un movimiento nacional como el vasco; para ello se disfrazan de revolucionarias, intentando atraer a las masas proletarias tras de sí, con el efecto de fraccionar a los comunistas y desorientarnos respecto de nuestra labor de reconstituir el partido de nuevo tipo. En Galicia no ha habido históricamente en la conformación del Estado burgués español la contradicción entre el desarrollo de la revolución industrial y la configuración del régimen que ha sucedido en Cataluña y en el País Vasco, pero existen esas otras fracciones burguesas que he mencionado.

En cambio, el objetivo de los comunistas frente al Estado imperialista español, una vez hayamos reconstituido el Partido Comunista, es la revolución socialista como totalidad hacia el comunismo (como totalidad, no como una yuxtaposición, en conexión superficial, de movimientos parciales), uniendo el centralismo democrático en la organización de la sociedad inseparablemente con el reconocimiento efectivo del derecho de autodeterminación de las naciones, pues la cuestión nacional no es una cuestión aislada del resto de la lucha de clases. Además, el reconocimiento efectivo del derecho de autodeterminación (si bien es mediación necesaria, y puede darse en la sociedad burguesa) tampoco garantiza por sí solo la superación profunda, definitiva y revolucionaria de la cuestión nacional: sólo podemos hacerlo en el socialismo (como fase de transición revolucionaria al comunismo), que, al avanzar una vez establecido a escala planetaria, permitirá la fusión de todas las naciones. Y la revolución socialista, debemos organizarla en unidad política internacional de clase, en lucha contra la burguesía (con todas las fracciones integradas en el bloque de clase hegemónico), en el marco de dominación jurídico-política que ésta nos impone, sin dejar de insertarla orgánicamente como una base de apoyo en la Revolución Proletaria Mundial. Por lo tanto, plantear la lucha por la independencia de Galicia como objetivo específico en la presente situación concreta no es progresista para el proletariado, sino reaccionario. Y por mucha influencia de masas que tenga el MLNG, el objetivo de los comunistas no debe ser intentar ponerse a su cabeza, sino construir concéntricamente los tres instrumentos de la revolución (principalmente, reconstitución del Partido Comunista) contra el movimiento nacional gallego, con el que sólo podría plantearse la posibilidad de aliarse tácticamente una vez reconstituido el partido de nuevo tipo. Lo que debemos hacer no es luchar a favor o contra la independencia de Galicia, sino trabajar por la revolución reconociendo el derecho de autodeterminación de Galicia.

En conclusión, si el centrista FRML promueve que a sus filas se incorporen independentistas «comunistas» y, además, no los combate en lucha de dos líneas, sólo puede ser por dos razones: porque el independentismo «comunista» es la «nueva» línea del FRML, o bien porque el FRML es un frente de masas, sin unidad ideológica, como señala el camarada @InessitaPersik, como consecuencia del organicismo que muestra en sus documentos publicados.

* Reconozco, por cierto, que mi conocimiento del MLNG y del MLNV es poco, en comparación con lo que conozco del movimiento catalán de liberación nacional.

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