Lo prometido! #DíaDeTolkien

Carta de un reincidente

Las ventanas están abiertas de par en par y la brisa suave y cálida que llega desde las profundidades de la montaña, entra en la casa y entibia la que era nuestra habitación. Aún recuerdo el primer día, cuando la casa fue nuestra, cuando fuimos felices, cuando planeamos nuestras vidas juntos y todo era alegría. Se extraña el perfume de tu ropa, las delicias de tu cocina, tus cuidados y tus atenciones. Extraño tus enojos, tus reproches, tu actitud exagerada frente a mis salidas.

Todo tenía diferente color, hasta la comida otro sabor y cada lugar ahora se parece más una visión de lo que un día supo ser. Han pasado diez años y la casa ha cambiado. Estoy convencido de que todo ha mejorado, aunque también tengo la leve impresión de no ser el mismo que fui diez años atrás. No sé si estoy más centrado, no sé muy bien si he mejorado, ¡pero juro que lo he intentado!

¿Recuerdas el tiempo juntos? Los momentos amenos, mis andanzas y tus enojos. ¡La forma de aceptarnos y de querernos! ¿Me recuerdas en esa época? Mi actitud era siempre la misma, haciendo de loco, robándote sonrisas y a veces arrancándote llantos. Pero no siempre fui yo. A veces era otro. La imagen de alguien que pretendía ser o alcanzar. Una de mis mil caras. Diez años después al fin lo puedo aceptar.

En noches como hoy, mientras reviso algunas cosas, recuerdo lo extraño de nuestra relación. Admito mis errores y observo la casa vacía mientras siento el silencio que ahora la habita. No puedo evitar mirar atrás y recordar los acordes de tu risa y el sonido de tu voz. Una ventana al pasado se abre, y a veces siento que quisiera escalarla para poderla atravesar o quizá regresar el tiempo atrás.

No todo es malo, también he logrado controlar mi vida y asumir mis responsabilidades. Fue mucho peor hacerlo de éste modo, por los golpes de la vida, aferrándome a mis engaños. Pero así es que ha cambiado casi todo, aunque no cambió mi forma de ser. ¡Y tengo que cambiar! ¡Sé que tengo que cambiar! Tengo que dejar la vieja vida y volver a empezar. ¡Pero ese es el problema: no tengo idea de por dónde comenzar...!

Diez años después sigo solo en ésta casa, no hay nadie a mi lado. Es una de las cosas que no han cambiado. Sigo solo mi camino, mis andanzas, mis delirios. Siento la soledad, pero me quedan mis amigos. Me hago cargo, que no sé qué es lo que quiero, y que a veces siento que así estoy bien y que no tengo nada malo, nada que cambiar y lo que ocurre es que lo nuestro no funciona. No por nada hace diez años te he pedido éste respiro.

No quiero lastimarte. Esa nunca ha sido mi intención. Nena hace diez años que te extraño… Aunque a veces no tanto…

En noches como hoy, junto al fuego y con mi pipa, una goroj sobre la mesa y la cálida cobija que me regalaste sobre mis piernas, me pregunto si te enojarías si te pido que me esperes... diez años más.

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