@Goblinoide La canción elegida es "Brucia la Terra", de la banda sonora de The Godfather III http://www.youtube.com/watch?v=d773MHigJ58

“Pippin no se había parado a pensar en cuánto echaba de menos la Comarca hasta que tuvo la Puerta Negra delante.
No se podía saber si era de día o si era de noche. El sol no brillaba en aquellas tierras malditas, sin embargo el gran Ojo ardía con fiereza detrás de las murallas. La tierra, capas de negro polvo acumuladas tras la constante emanación del volcán, quemaba las plantas de los pies del hobbit. Los alaridos guturales de las inmundas criaturas de Mordor inundaban el aire creando una atmósfera hedionda y aterradora.
Pippin cerró los ojos y recordó las colinas de la Comarca. El sol brillaba en el cielo azul llenándolo todo de luz y color. La hierba que cubría las grandes colinas acariciaba la piel de sus pies, que se había empapado del rocío del herbaje. Los trinos de los pajarillos llenaban el aire con su música, que se mezclaba con el olor de la primavera y de la sabrosa comida que se cocinaba en alguna casa cercana. Ese era su hogar, y lo había perdido para siempre.
Había llegado la hora.
Cuando los cuernos orcos comenzaron a aullar, Beregond se giró para mirar al hobbit. No había un ápice de esperanza en sus ojos, pero su mirada denotaba un orgullo del que los bardos podrían haber escrito canciones. Pippin asintió con seriedad, tratando de que no se notara el gran esfuerzo que eso le suponía, pues hacía rato que su cuerpo había dejado de obedecerle. Nunca había sentido tanto miedo. La espada que colgaba en su cinto parecía de juguete en comparación con la de los demás guerreros, pero pesaba como si hubiera sido forjada con un millar de piedras.
El sonido de los orcos se apagó. Por un instante el aire se quedó vacío. Nadie respiraba, nadie articulaba sonido alguno. Luego, mil truenos despertaron en la muralla enemiga y la Puerta Negra se abrió.
Pippin volvió a cerrar los ojos, esta vez para pensar en sus amigos. Esa sucia Boca de Sauron había dicho que Frodo estaba muerto, lo cual inducía a pensar que Sam no había tenido mayor suerte. Boromir había muerto tiempo atrás, presa de la enfermedad causada por el maldito Anillo. Merry yacía moribundo en Minas Tirith. Ahora él iba a morir allí. Aragorn, Gimli y Legolas iban a morir con él. Beregond iba a morir. El Príncipe Imrahil moriría también. Todos los que allí se disponían a librar batalla morirían ese día. Las hordas de Mordor iban a devastar la Tierra Media. Minas Tirith sería reducida a polvo. Rohan sería calcinada. Rivendel, Lotlórien…Tardarían en sucumbir, pero sucumbirían tarde o temprano. La Comarca…
“NO”, pensó Pippin. Su bella tierra no sería mancillada por las hordas del mal, no mientras su corazón siguiera latiendo.
Pippin desenfundó su espada y agarró la empuñadura tan fuerte como pudo, hasta que sus nudillos no eran más que unos bultos blancos alrededor del cuero.
“NO”, se dijo. Mientras él siguiera en pie no dejaría morir fácilmente a ningún aliado.
Las hordas enemigas se aproximaban a toda velocidad. El Príncipe Imrahil gritó para sus hombres y su pequeño ejército reaccionó corriendo hacia los enemigos.
-¡NO! –Gritó el hobbit mientras seguía a sus compañeros. Pensó en su tierra y pensó en sus amigos. “Viviré para ver cómo te recuperas, Merry. Viviré, al menos, un día más.”
Ensartó al primer orco que se abalanzó sobre él. Esquivó a los demás, no sin dificultad, lanzando estocadas sin ton ni son con su pequeña espada. A su alrededor, muerte y desolación, sangre enemiga y sangre aliada mezclada sobre el negro suelo.
Estaba esquivando y devolviendo ataques a un enemigo cuando vio a Beregond caer bajo el filo de un enorme troll. Pippin consiguió zafarse del acoso del orco y, con un movimiento del todo torpe, lanzó una estocada hacia el cuello del enemigo que hizo volar su cabeza. Luego, corrió hasta su amigo que se defendía a duras penas del monstruo.
El troll había agarrado a Beregond y se disponía a hundir sus colmillos podridos en el cuello del hombre cuando Pippin saltó y le clavó su hoja tumularia entre el cuello y el hombro. El troll se revolvió, obligando a Pippin a caer el suelo de nuevo, y se lanzó hacia el hobbit. Pippin cerró los ojos, pero no logró evitar ver como la bestia caía sobre su espada para morir en apenas unos segundos. Luego, el peso muerto del troll le aplastó, cortando su respiración. “Así que este es el final. Lo siento, Merry. Tendrás que volver sólo a la Comarca. Lo siento”. Luego, todo negro.”

Pippin despertó empapado en sudor. Había vuelto a soñar con la batalla en la Puerta Negra. “Eso ya pasó, viejo. Ahora estás en casa de nuevo”. Se vistió y salió al jardín de Grandes Smials. El sol brillaba en el cielo azul llenándolo todo de luz y color. La hierba que cubría las grandes colinas acariciaba la piel de sus pies, que se había empapado del rocío del herbaje. Los trinos de los pajarillos llenaban el aire con su música, que se mezclaba con el olor de la primavera y de la sabrosa comida que se cocinaba en alguna casa cercana. Ese era su hogar, y lo sería siempre.
Se sentó en el viejo banco y se dispuso a esperar a Merry. Prendió el Viejo Toby que reposaba sobre la madera de su pipa, dio una larga calada y volvió a pensar en su pesadilla. Tan ensimismado estaba que no se despertó hasta que Merry le agitó por el hombro.
-Merry –Fue lo único que dijo Pippin.
-¿Sí, Pip? –Contestó su amigo.
-Te quiero.

Reply · Report Post