2001: GUERRA SUCIA
Las grandes mentiras (científicas) del 11-S

texto de Erlantz Cantabrana Berrio

Que los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas no fueran sino un auto-atentado organizado por los propios servicios secretos de los Estados Unidos para dar el cañonazo (nunca mejor dicho) de salida a la política de guerra imperialista y de rapiña contra Afganistán, Irak, países díscolos africanos, la amenaza contra Corea del Norte e Irán, etc., es algo que empieza a correr de boca en boca. Muchas organizaciones y personas llevan investigando tal trama desde ese mismo día cero de lucha contra el terrorismo mundial. Algunas de estas investigaciones se han realizado desde el punto de vista científico, sin apoyo oficial alguno, y los resultados descubiertos son escalofriantes.

13 puntos clave de investigación independiente, arriesgada y clarificadora

El impacto de los aviones contra los edificios no pudo derruirlos de ninguna forma posible y sólo la existencia de explosiones controladas desde el interior hizo posible el desastre que todos conocemos:

1. La inverosímil versión oficial miente al otorgar el fundido al rojo vivo del metal de los edificios al calor del choque de los aviones y el incendio del combustible. Por el tipo de material de construcción (hierro, aluminio, acero estructural, además de hormigón) la temperatura necesaria para que esos materiales se conviertan en fluido líquido es obligatoriamente de al menos 845 a 1500 grados centígrados dependiendo del material, y al menos durante 120 minutos ininterrumpidos. Sin embargo, tanto el keroseno como el propio incendio de los materiales de los edificios no llegó a alcanzar en ningún momento los 600 grados. Imposible fundir unos materiales tan especiales con al menos 250 (¡a 900!) grados menos de calor. Y menos aún cuando el primer edificio se derrumbó a los 65 minutos y el segundo a los 110. ¿Y qué decir del WTC7, que igualmente se derrumbó con sus 47 plantas y contra el que no chocó avión alguno ni le afectó la bola de combustible? El Equipo de Investigación demuestra que por el tipo de residuos, el grado de fundido de los materiales y la naturaleza de cenizas y escombros que han podido investigar (pues la enorme totalidad ha quedado en manos del FBI y nunca ha dejado consultarlas), los únicos materiales que pueden lograr esto fueron o bien el HMX, el RDX, la termita o el termato (que es termita con nitrato de bario y azufre), mezclas de explosivo rasgante y altísimamente destructivo, sólo en manos (en tal enorme cantidad) del Ejército estadounidense. Afirma (y eso que en escasas ocasiones a lo largo del Informe se sale de las interpretaciones meramente científicas) que eso sólo se pudo realizar desde dentro del edificio, con la colocación estratégica de esos explosivos colocados a lo largo de todo el edificio, sobre todo en sus partes bajas. Dedica 16 páginas del Estudio a aportar fotos comparativas, infinidad de pruebas de laboratorio y centenares de datos científicos objetivos sólo para este primer punto.

2. El Informe oficial miente al otorgar temperaturas que, científicamente, son desmontables en cualquier experimento o formulación científica seria y rigurosa. El Informe ordenado por Bush y realizado por tres organismos NO independientes del propio Gobierno yanki llega a afirmar cosas tan nada científicas como la inesperada erosión del acero, (…) nuestro análisis abarca hasta el momento en que se va a producir el derrumbe (¡¡y no el antes, el momento y sobre todo el después!!). El Equipo de Steven J. Jones demuestra que esas temperaturas afirmadas son totalmente imposibles, y lanza un estudio de alta posibilidad de que se empleara azufre como única manera de elevarlas hasta los por ejemplo 1510 grados en que funde el acero estructural. O sea, la utilización de termato para incrementar el poder rasgante y fundiente.

3. El informe desvaría y miente sobre el derrumbe del WTC7, pues se derrumbó sin que avión alguno lo impactara, ni siquiera trozos de escombros de los edificios 1 y 2, ¡¡sólo 7 horas después de que cayeran las Torres Gemelas!! El Informe descaradamente miente cuando afirma que se derrumbó fruto del incendio que le envolvió en un colapso simétrico. Dicho edificio tenía 24 gigantescas columnas interiores de acero y 57 columnas exteriores, pero el edificio cayó como una tarrina de mantequilla derritida simétricamente. Imposible desde el punto de vista científico. Así que no es de extrañar que en el Informe oficial del 11-S, el derrumbe del WTC7 ¡¡ni siquiera aparezca reflejado!!

4. Ese día en Nueva York, en apenas 8 horas, se derrumbaron y desplomaron de forma casi simétrica 3 edificios de inigualable calidad de construcción. El Estudio del Equipo demuestra, a través de miles de consultas con ingenieros, arquitectos y entendidos en ese tipo de obras faraónicas, que ¡¡no hay antecedente alguno de desplomes de rascacielos debido a impactos o incendios!! Pues bien, en uno de los datos oficiales, dice literalmente que toneladas de acero se habrían vaporado ¡cuando para conseguir tal logro hacen falta temperaturas de al menos 2800 grados centígrados! Aporta el Informe crítico sin embargo, que materiales como la termita, el termato o el RDX sí consiguen esa cualidad.

5 y 9. Analizando cientos de documentos gráficos, grabaciones de video, cronometrando hasta la milésima cada secuencia, se demuestra que la caída de los edificios se realiza de forma no objetiva con las leyes de gravedad, resistencia de los materiales, etc. O sea, si un edificio se derrumba, sea por lo causa que sea, cuando una planta cae sobre otra, frena el nivel de velocidad, pues los materiales de la planta de abajo se convierten en resistentes por la ecuación de caída libre. Eso no se dio en ninguno de los 3 rascacielos, que cayeron como hielo fundido en apenas unos segundos y sin respetar ley lógica ninguna. De nuevo sólo la posibilidad de que explosiones interiores controladas y coordinadas hubieran eliminado esa resistencia física de los edificios (destrozando desde la base las vigas y columnas de sustentación), hace posible científicamente el resultado que todos conocemos. Muy curioso además que en el Informe oficial, y para despejar el balón de las dudas de su tejado, se desvele que en el WTC7 la CIA tenía instalada su base secreta en Nueva York (para así dar a entender que esa pudiera ser una de las causas u objetivos del ataque), pero lo que no dice es que ese edificio no fue atacado por los aviones y que ni un solo miembro de la CIA sufrió daño alguno.

El WTC7 tardó exactamente en desplomarse 6.5 segundos (+/- 0.2). Desde la misma altura, un objeto en caída libre tarda 6 segundos en llegar al suelo. ¿Alguien nos puede explicar como 47 pisos con sus suelos, dobles techos, vigas cruzadas y columnas sólo tarda 0.5 segundos más en llegar al suelo que un objeto en caída libre si no es que se le ha allanado el camino en su derrumbe? La Ley de la Conservación del Momento es una de las fundamentales de la Física, y la versión oficial falla en cada ecuación a aplicar.

Otro dato fundamental: los escombros proyectados en su inmensa mayoría saltan convertidos en polvo microscópico o muy fino, o sea, conforme a la estructura molecular en que lo convierte una explosión de alto poder rasgante y destructivo, no un incendio, por muy virulento que sea.

6. Analizan la totalmente inusual y extraña forma de derrumbe de la antena de la Torre Norte. El Informe oficial pasa de puntillas sobre este dato, y lo otorga a un posible fallo de la estructura interna del edificio, que hizo posible que la antena se hundiera de la forma vista en las grabaciones. O sea, el avión choca contra el exterior, y se empotra en el edificio, de tal manera que daña ante y sobre todo la estructura interna del edificio, no la exterior, y de esa forma la antena es tragada por el edificio, no derrumbada... El Equipo de la Universidad de Brigham Young demuestra con la aportación de decenas de pruebas que ese comportamiento físico es imposible, a no ser, claro, que otra fuerza interna haya dañado simultánea y conscientemente esa estructura de acero, hierro, aluminio y hormigón de altísima calidad y fortaleza. O sea, 47 enormes columnas del núcleo central fallan y se hunden antes incluso que la estructura externa del edificio. Steven E. Jones y su Equipo demuestran que eso sólo lo puede hacer... ¿adivináis?. Exactamente, una combinación de explosivos cortantes colocados estratégicamente en dichas columnas del núcleo central.

7. El testimonio de decenas de personas presentes en los rascacielos atestiguan que se dieron fuertes explosiones en los pisos inferiores en los mismos momentos del impacto de los aviones. La versión oficial dice que eso es fruto de las interconexiones entre los impactos brutales de los aviones y los (posteriores) incendios. El Equipo crítico aporta entrevistas y datos que confirman y demuestran que eso no es científicamente posible.

8. En todos los documentos gráficos se puede observar la eyección de escombros y polvo de las distintas explosiones supuestamente causadas por los incendios tras los impactos de los aviones. Pues bien, estas eyecciones son de carácter horizontal, cosa imposible si se hubieran debido a incendios realmente provocados por el choque de los aviones, ya que se hubieran dado en todas las direcciones. Además, en las Torres se dan de forma casi mimética, lo que obliga a afirmar y posicionarse al Equipo crítico de nuevo por la posibilidad de los explosivos y no de cualquier tipo de incendios. Exponen que pudieron darse por la detonación a través de señales de radio.

10. Este tipo de explosiones (si fuera verdad esta teoría complementada con miles de datos y pruebas) sólo pudieran ser llevadas a cabo de forma muy coordinada, experta y profesional. Según expertos en la materia, la caída de edificios en forma simétrica sólo la pueden llevar a cabo auténticos expertos en el manejo de explosivos, pues sino y por razón lógica se actuaría como en un edificio normal (imaginar los ejemplos de un árbol que se parte con un hacha o un avión que se estrella en un lateral de un enorme edificio), si empezamos a cortarlo o dañarlo o estrellarlo por un lado, caerá de forma científica para el lado ya concretado matemáticamente, nunca de arriba abajo y simétricamente, como en el caso de los edificios del 11 de septiembre. Según esta afirmación concreta, en el mundo hay muy pocas empresas dedicadas a tan difícil obra como el derrumbe simétrico de altos edificios. Una de ellas es la yanki Controlled Demolition Inc. Pues bien, en las rápidas y muy poco cuidadas tareas de limpieza de los restos del 11-S, se adjudicó el trabajo y la contratación de personal ¡a dicha empresa! ¿Simple casualidad?

11. En este largo camino de trabas, grandes mentiras, ocultación de pruebas y medias verdades lanzadas por el Gobierno USA para tapar la dramática y brutalmente real historia de los atentados terroristas islamistas del 11-S, también ha contado con el apoyo de otros Estudios científicos que dan la razón, más o menos incondicionalmente, a la versión oficial. Uno, tal vez de los más famosos, es el realizado por Bazant y Yong Zhou. Pues bien, el Informe crítico destapa todas las faltas de este Informe pro-versión oficial. B&YZ se esfuerzan en la teoría de las causas de la elevación de las temperaturas para provocar dicho colapso. Steven E. Jones y su equipo les dan buena cuenta a través de datos concretos de lo irreal de su posición. Echan por tierra sus datos sobre el posible paso de gas natural por debajo de los edificios como causa de las explosiones y el tanteo de las temperaturas. No existía ninguna bolsa de gas debajo de la zona cero. Y la temperatura máxima que podían demostrar B&YZ en pleno furor de los incendios no sobrepasaba en ningún punto ni foco los 600 grados, ¡910 menos que los necesarios para fundir y licuar el acero estructural!

12. El colmo de la trampa, la mentira y lo patético. Uno de los gabinetes contratados por Bush para hacer un informe analítico de las consecuencias e investigaciones sobre los ataques fue el NIST (Instituto Nacional de Estándares y Tecnología). Su Informe final habla de 3 posibles escenarios técnicos en la catástrofe, dos de ellos con los que resultaba imposible destruir los edificios y un tercero que sí. Este, que es el que Bush aceptó y difundió al mundo, es científicamente imposible. Se trata de un informe con datos inadecuados, modelos ajustados a la teoría (y no al escenario real que es de lo que se trataba). Os ponemos un ejemplo: en las computadoras es posible con programas de diseño arquitectónico crear modelos ajustados a una prueba límite, ¿resistiría o no un edificio un golpe de tantas toneladas en tal punto? Obviamente, y cambiando y ajustando los datos, los elementos claves de formulación, pues en un ordenador todo es posible; incluso hacer creer que el golpe de dos aviones derrumbó como por arte de magia 3 de las más impresionantes construcciones arquitectónicas nunca construidas. Como dice literalmente el Equipo crítico ¡Qué patético ajustar el modelo de este modo, hasta que los edificios se desplomen. O sea, hasta obtener el resultado que se deseaba! Y eso que los estudios del NIST por separado, uno tras otro, daban la razón a la idea de que es imposible derribar semejantes construcciones, y más de esa manera, con dos simples aviones, por muy mastodontes que fueran y veloces que se dirigieran hacia el objetivo. ¡Pero en el conjunto la casaron como posible!

13. Toda la versión oficial, sustentada en las pruebas elaboradas por el NIST, la Comisión 11 S y la FEMA (Agencia Federal de Gestión de Emergencias), carece de visualización alguna. O sea, inventan pruebas en el ordenador, adecuan datos y movimientos, pero al llevarlo a la exposición ¡se niegan a dar imágenes de todas esas pruebas por motivos de seguridad!

* Mas Dosieres de prensa de aquellos días donde se demuestra que la versión oficial (aún antes de los estudios encargados) ya apuntaba a que nadie iba a poder dudar de que el impacto de 2 aviones había provocado semejante desastre y matanza. Aporta testimonios fundamentales que han sido silenciados oficialmente (bomberos que no se creen la versión oficial, testigos que vivieron situaciones muy diferentes a la que los medios de control informativo publicaron, asociaciones de víctimas contrarias a la versión oficial...). Además, se sabe que 6.899 fotos y 300 horas de filmaciones de video están en manos de la CIA y nadie salvo ellos ha podido visualizarlas. ¿Por qué no las han aportado al estudio?

Para terminar, una coletilla que debiera hacer que pensar. Desde el punto de vista matemático, cuadrar la teoría oficial en cada punto de los narrados y analizados y que los actos se hubieran desarrollado tal como Bush y su gobierno publicitan, da un porcentaje de una unidad de que pudiese ser verdad, ¡frente a un millón de que es mentira!

Sí, hubo miedo en la izquierda, y así, la redacción principal de Le Monde Diplomatique en París, tras la edición en 2006 por parte de su edición noruega de un interesantísimo artículo de investigación titulado 11 Septiembre 2001: un complot interior USA, encargó y editó un artículo contrario con las tesis oficiales de Estados Unidos al doctor Cockburn. Con él, además, controló de nuevo las diferentes ediciones en una línea argumental única.

“Uno de los efectos del miedo es turbar los sentidos y hacer que las cosas no parezcan lo que son.” Miguel de Cervantes (Don Quijote)



Fuente: Breve memoria história (subjetiva del siglo XX y XXI)