ClaudioIglesias

Claudio · @ClaudioIglesias

26th Jan 2013 from Twitlonger

El peronismo revolucionario toma sol en San Bernardo.

Era un verano de los años 80 y, cuando todavía estaba vivo el sueño de un "peronismo democrático" encabezado por "el tío" Antonio Cafiero, un grupo de compañeros de militancia nos hicimos una escapada a San Bernardo.

Yo pensaba que esa manera de referirse al doctor Cafiero era una verdadera tontería con más nostalgia que sentido político, de esas que eran habituales en los cierres de la revista de la revista Unidos.

Pero eso no es importante. Lo importante es que estábamos allí Daniel y su hermano menor, otro amigo cuyo nombre no me viene a la cabeza, la Negra Olga (una compañera de IMP que estábamos "civilizando" en la renovación peronista) y yo.

Me acuerdo que la negra Olga tenía el extraño hábito de leer libros sobre ex montoneros, sobre querellas dentro de la orga y entre la propia orga y ex militantes. The usual suspects Firmenich, Perdía, Bonasso, Galimberti, Gelman, Gasparini, etc.

"Negra, ¿por qué no nos vamos a la playa y te dejas de dejar de leer esas pelotudeces sobre esos hijos de puta?" me recuerdo diciéndole en el estar del chalet de Daniel.

"Ay, sos una basura Gallego" (así me llamaban entonces) "más allá de los errores de los compañeros nadie puede omitir el papel de la lucha revolucionaria en el nivel de conciencia del campo popular."

A mí me pasaba, con la mención a la "lucha revolucionaria" y el "campo popular" algo parecido a lo que le pasa al personaje de Michael Fox en Back to the Future cuando le dicen "gallina." Simplemente, estallaba.

"Por Dios, Negra dejate de joder con la pelotuda lucha revolucionaria. Ahí lo tenemos a Antonio, vamos a ir con él, vamos a tratar de hacer con Antonio lo que Alfonsín no pudo. O lo que se le negó. O algo mejor. O lo que se pueda. Siempre va a ser mejor que vivir del recuerdo de lo que no se hizo."

"Ves Gallego, ahí está: 'lo que se pueda'. Estás en el posibilismo como los de la cafieradora y el alfonsinismo. El peronismo será revolucionario o no será."

"Mira Negra, dos cosas. Primero: somos la cafieradora. Welcome to earth. Segundo y más importante: el peronismo jamás fue revolucionario. Fue un movimiento reformista y, muchas veces, autoritario. Eso que ustedes consideran revolucionario es nada más que lo peor de su aspecto autoritario. Eso que ustedes festejan, es precisamente lo mismo que avergüenza a los peronistas comunes: el luto obligatorio, el cierre de La Prensa, la quema de la Casa del Pueblo y el Jockey Club. Lo que hizo al peronismo revolucionario, sin serlo, fue la estupidez de los gorilas del 55. Por suerte, eso ya pasó y todos aprendimos lo que teníamos que aprender."

Nunca me olvidé de aquella conversación. Obviamente, jamás convencí a la Negra Olga de aquella cuestión. El proyecto reformista y democrático que apoyábamos perdió poco tiempo después las elecciones con Carlos Menem. Menem hizo lo que todos sabemos y todo siguió como ustedes saben hasta el presente.

Todavía hoy, un liderazgo algo raquítico en ideas políticas sigue usando en su beneficio la idea de un "peronismo revolucionario" dándose con la pared cada vez que tiene que transformar esa consigna en enunciados capaces de atraer a las mayorías.

Sería extraño que un "peronismo revolucionario" recibiera la comprensión de banqueros, contratistas (incluso el padre de la joven promesa del centro derecha), varios gobernadores más o menos conservadores y una variedad de advenedizos del tipo habitual, como sabe hacer la élite peronista actual.

Tal vez el "peronismo revolucionario" sea, como yo advertía a aquella amiga, la coartada épica de una forma más autoritaria que la habitual del ejercer el poder en nombre de esa tradición que es el peronismo.

Tal vez el peronismo tienda a habitar más confortablemente en una piel autoritaria que en una democrática. Pero eso no lo sé como no sea especulativamente. Y esto era una pequeña historia sin aspiraciones conjeturales ni especulativas.

Buenas tardes.


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