Córdoba, 25 de diciembre de 2012

CARTA ABIERTA

El milagro de Navidad, la maravillosa alegría de la maternidad y el dolor por la circunstancia que transita el padre de nuestra familia desde hace 8 años, con la consecuencia de su enfermedad; me lleva a compartir brevemente lo que siento y vivo:

Conozco a Pato hace muchos años. Desde un primer momento tuvimos eso que muchos llaman conexión. La distancia nunca fue una traba para hacernos saber que estábamos el uno para el otro, en todo momento. Los kilómetros no impidieron que seamos confidentes.

Con el tiempo formamos una gran amistad, sincera y perdurable. Porque mas allá de habernos elegido como compañeros de vida, somos amigos incondicionales. Esto es lo sano de nuestra relación: nos respetamos tal cual somos. Por eso es que tenemos una excelente convivencia. Me animaría a decir que casi ideal.

No hace falta que describa mucho cómo es, por que basta con mirarlo a los ojos. Su mirada lo refleja todo. Es pura, como pocas, aunque también refleja tristeza.
Su humildad y su nobleza. Su sensibilidad, su honestidad. Su tolerancia, su paciencia. Sus principios y sus valores son inalterables, tanto así que durante toda su vida ha creado lazos indestructibles con sus amigos. Eso es admirable.

Lo admiro como ser humano, desde que lo conocí.
Después de tanto bastardeo, tanto pisoteo, tanto manoseo, sigue manteniendo el respeto hacia todos. Sigue siendo el mismo.
El de corazón simple, pero gigante. El que está siempre dispuesto a ayudar. El caballero, el de buenos modales. El que resiste. El que la pelea todos los días en silencio. El que siempre piensa en el otro.

Nada fue fácil. Mucho dolor guardado, mucha frustración, mucha impotencia que aprendimos a sobrellevar, reforzando nuestro vinculo.
Todavía no es fácil. Pero en el camino comprendimos que el dolor nos hace fuertes y así enfrentamos todo, unidos como siempre.

No quiero que se entienda con dramatismo. Hablo desde el corazón, con la sinceridad que me caracteriza y siendo consciente de su pasado, de las circunstancias que la vida le puso. Dios sabrá por qué.

Patricio tenía miedo de volver a vivir y sentirse vivo. Literalmente no se levantaba de la cama.
Crisis, depresiones y recaídas. Algunas particularmente fuertes, como la anterior a la decisión del riguroso tratamiento, con mi panza creciendo, nuestro gran proyecto de vida que tanto planeamos y pudo disfrutar a medias.
Como todo después de Cromañon. Como el dice : “ se disfruta y se llora a medias…”

Siempre intento encontrar el lado positivo de las cosas. En este caso, fue el comienzo del tratamiento postergado durante siete años y medio. Tratamiento muy difícil, pero a la vez muy necesario.

Nuevamente la vida nos puso a prueba. Sin embargo, en esta oportunidad, tenemos una luz que nos ilumina y que no nos deja darnos por vencidos.
La relación padre-hijo que tienen es sorprendente. Se demuestran una dulzura y un amor que me deslumbra. No exagero. Homero lo ve, lo escucha y son puras sonrisas.
Estoy orgullosa de la persona que tengo al lado, del padre que elegí para mi hijo.

Hoy enfrento esta situación de dolor con entereza, porque quiero Justicia y voy a luchar por eso. Quiero que mi hijo y todos los niños de mi país crezcan en libertad, con la certeza de que los que matan, violan, roban y estafan estén encerrados.
Respeto el dolor, pero no comparto el odio. Éste ,enferma, enceguece, no lleva a ningún lado. La sed de venganza tampoco soluciona nada. A pesar de todo, Patricio y yo estamos lejos del resentimiento.

Culpando músicos no se terminan estos siniestros. Hay Cromañones a punto de explotar por todo el país. Esta debe ser una causa social en la que nos involucremos todos. Lapa, la tragedia ferroviaria de Once, la trata de personas, son también ejemplos recientes de un largo proceso de abandono y desidia.

Siempre estamos dando vueltas en lo mismo y no llegamos a ninguna solución puntual. Se nos obstaculizan los caminos cuando pedimos la garantía de que algo cambie.

Los integrantes de Callejeros desde un primer momento cumplieron con todo lo que la Justicia les solicitó, jamás negándose a nada y siempre a disposición. Con esto no pierde la banda. Acá no hay fanatismo de seguidores. Acá se pierde como sociedad, porque se omiten cosas, se opina por gusto.

En esa noche fatídica Pato, entró y salió cuantas veces pudo para salvar gente, sin importarle su persona ni sus problemas asmáticos.

Muchos de ellos hoy lo contienen con su apoyo, porque conocen la verdad de lo que pasó. Esto consta en la causa. Es una prueba verificada por los Jueces que actualmente lo condenan, olvidándose que en primera instancia felicitaron tal actitud.

Pedimos Justicia por las 194 almas que perdimos y que se sepa lo que tienen para decir los sobrevivientes, quienes son, en definitiva, los mayores testigos de la tragedia. Son voces a las que nunca se les escuchó, obligándolas al ostracismo por ocho años. Pedimos que se aclare todo con pruebas fehacientes, no con supuestos y prejuicios.

Luchamos para que Cromañón no se repita. Esa es la meta. Acá, en esta circunstancia, perdimos TODOS.

Gracias a todos los que nos acompañan con su comprensión y su afecto. Ustedes sostienen la vida y la creatividad de Patricio. Hoy está “Paralizado” (Como el identifica estas etapas de su enfermedad), pero tengo la certeza que saldrá adelante.

Estefanía Miguel

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