Sicarios ineptos como @bluelephant y familia encontaron pretexto para su intimidación en que yo escribiera que @agaviriau fuera el bajo de un coro en el que las estridencias las pone @fzuletalleras y el inefable maestro de moral #RamiroBejarano. Hoy el decano se sale de los chiros con un disparate monumental: el origen de los problemas no es que los jueces sean activistas-inquisidores (cosa que no niega, sino que no le parece importante), sino que un hombre tenga una cuenta en Twitter y se defienda de una persecución inicua.

Un imitador de Milos Forman habría sacado de "Amadeus" una escena fascinante en que estos personajes de ópera bufa claman que no soportan el ruido ni el ridículo. La cuenta de Twitter de @AlvaroUribeVel tiene unos pocos miles de "trinos", pero es motivo de 7 de 18 columnas de "El Espectador" (las demás tratan de gastronomía, fútbol o economía internacional, con las honrosas excepciones de los muy profarianos Molano y Duque), todas hostiles, todas unánimes en señalar al presidente como un tremendo criminal, por igual los amigos de Ernesto Samper y los defensores de Piedad Córdoba, que son los mismos y entre los cuales Gaviria sólo destaca por lo tácito de su adhesión.

En Semana las cinco columnas están dedicadas al mismo tema, con la salvedad de que una defiende a Uribe.

Son razones de sicario. No es que los novios de Fernando Vallejo tuvieran gatillo fácil, sino que los demás, como el punkero, les resultaban insoportables. No es que el acompañamiento de la infamia del prevaricato, la negación misma de todo derecho, el uso de los tribunales para ejecutar crímenes, tenga que ir acompañado de toda la retórica enfermiza del odio (por ejemplo en el escrito del mártir heredero Abad Faciolince, al que cita Gaviria), sino que los demás se atreven a opinar y a señalar que hay una persecución inverosímil, que no tuvo Samper por crímenes como los de la monita retrechera y compañía.

La verdad es que el decano Gaviria ya está un pasito más allá que el mafioso Coronell.

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